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martes, 17 de mayo de 2011

Flor del 17 de mayo: Modelo de entrega a Dios


Festividad de San Pascual Bailón.

Meditación: “He aquí la Esclava del Señor” (Lucas 1,38). “Después de esto salió y vio un publicano…y le dijo: sígueme, él, dejándolo todo se levantó y lo siguió” (Lucas 5,27). Todos somos sus discípulos, ¿pero realmente lo somos?. ¿Dejamos todo y lo seguimos?. ¿O hipócritamente queremos llamarnos cristianos de acuerdo a nuestras comodidades y conveniencias, siguiendo con las pompas y obras de este mundo, y no con un corazón verdadero y único?. No se puede servir a dos señores, somos legítimos apóstoles y no falsos profetas que repetimos con la boca la Santa Palabra y hacemos con las obras lo que a nosotros nos apetece y no el Querer de Dios.

Oración: ¡Oh María la elegida, la prometida de Dios!. Pon en nuestro corazón el ser servidores de Dios como lo fuiste Vos, con humildad y dejando todo acá para caminar hacia la Verdad. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Segundo Misterio
LA VISITACIÓN DE NUESTRA SEÑORA

Contemplación
Qué suavidad, qué gracia en esta visita de tres meses, que María hizo a su prima. Una y otra, bendecidas con una maternidad que se cumpliría a no tardar. La de la Virgen María, la más sagrada maternidad de cuanto se pueda soñar sobre la tierra. Dulce encanto en las palabras que se dicen como un cántico. De una parte, «bendita tú entre las mujeres». Y de la otra, «porque ha mirado la humildad de su sierva, por eso me llamarán bienaventurada todas las generaciones».

Reflexión
Cuanto sucede aquí, en Ain-Karin, en el monte Hebrón, presenta, con luz celeste y al mismo tiempo muy humana, qué relaciones son las que unen entre sí a las buenas familias cristianas, educadas en la antigua escuela del rosario. Rosario recitado cada noche en casa, en el círculo de los íntimos. Rosario recitado, no en una, ni en cien, ni en mil familias, sino por todas y por todos, y en todos los lugares de la tierra, allí donde uno cualquiera de nosotros «sufre, lucha y ora», fiel a una inspiración de lo alto, como el sacerdocio, la caridad misionera, la prosecución de un ideal de apostolado; o también por fidelidad a uno de aquellos motivos, tan legítimos que llegan a ser obligatorios, como el trabajo, el comercio, el servicio militar, el estudio, la enseñanza, o cualquier otra ocupación.

Intención
Bello es confundirse durante las diez avemarías del misterio con tantas y tantas almas, unidas por vínculos de sangre, o domésticos, en una relación que santifica y por lo mismo consolida el amor de las personas más amadas: con padres e hijos, hermanos y parientes, convecinos y compatriotas. Todo esto, con la finalidad y el propósito vivido de sostener, aumentar y hacer más viva la presencia de la caridad con todos, cuyo ejercicio proporciona la alegría más profunda y es el mayor honor de la vida.

Florecilla para este día: Ayuno de algo que sea muy personal y apetecible, ofreciendo a Dios esta pequeña mortificación.

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